14.11.08

Por sola volunta de un nombre

Portada de "La Diaria"

El veto (del latín "yo prohíbo") no sirve para impulsar

cambios, sino para bloquearlos.

Le da al presidente de la República la posibilidad de

frenar, por su sola voluntad, una decisión adoptada por

la mayoría absoluta de ambas cámaras. Semejante poder

puede usarse para cualquier cosa, pero no debería ser empleado

para imponer al país una opinión individual sobre

cuestiones presuntamente "filosóficas" o "biológicas".

En esta ocasión, el poder de vetar se aplica, además,

para dejar vigente una norma penal de 1938 que viola

derechos básicos de la mayoría de la población, y que la

mayor parte de los ciudadanos, según todas las encuestas,

rechaza desde hace muchos años. Una norma que el Poder

Legislativo no respalda, que el Poder Judicial sabe que

no corresponde aplicar, y cuyo cumplimiento el propio

Poder Ejecutivo, por medio del Ministerio del Interior,

se abstiene de imponer. Pero que el presidente Tabaré

Vázquez ha decidido, por sí y ante sí, mantener en pie,

contra la opinión de la organización política que lo llevó

a la Presidencia en sus listas, e incluso de la mayoría de

sus propios ministros.

Esta actitud se puede calificar de muchas maneras,

pocas de ellas publicables sin incurrir en el delito de desacato

por ofensa. Si hay un adjetivo que de ninguna manera

se le puede aplicar es "progresista".


Marcelo Pereira


Hoy 19hs. Protesta contra el veto en la Plaza Libertad

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